sábado, 22 de diciembre de 2012

Navidad III: Un Niño Siervo y Salvador


“Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el principado sobre Su hombro; y se llamará Su Nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz.” Is. 9:6.



El Niño y El Hijo

Un Niño ha nacido. No es como cualquier niño, aunque pudiera parecerlo. Tenemos un nuevo Hijo. Este, nuestro Hijo, trae bajo Su responsabilidad un Reino, el Reino de Dios. Este nuevo nacimiento es el regalo de Dios para la humanidad: Dios hecho carne en Jesús. Nuestro Hijo tiene Nombre, es tan especial que Su Nombre no se puede expresar en uno solamente pues nos quedaríamos cortos. Isaías nos describe algunos de estos Nombres que, de acuerdo al original, deben leerse así:

Maravilloso consejero

Porque conoce, desde la eternidad, el consejo de Dios:

“A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer”. Jn. 1:18.

Jesús es la Sabiduría del Padre, es decir, Cristo nos ha sido hecho Sabiduría por Dios.

“Mas por Él (Dios) estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios, sabiduría, justificación y redención”. 1ª Cor. 1:30.

Dios Fuerte

Al igual que tiene sabiduría sin límites, tiene poder infinito. Cristo puede salvar completamente y perpetuamente.


“…por lo cual (Jesús) puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios…”. He. 7:25.

Perpetuamente Padre

El Señor siempre actúa como un buen Padre. Es cierto que es Eterno pero el concepto que presenta el texto nos habla de perpetuidad. Como un árbol cuyas hojas son perennes: pasan las estaciones, el clima varia, pero las hojas siguen verdes y el árbol frondoso. Jesús no cambia su paternidad hacia nosotros por muchas estaciones que nos sobrepasen su amor es perenne: perpetuo.

Príncipe de Paz

¡Shalom! El Mesías, Jesucristo: Él es nuestra paz. La palabra hebrea shalom, nos habla del cúmulo de bendiciones que nos vienen de parte de Dios:

“Toda buena dádiva (regalo) y todo don perfecto (regalo) desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. Stg. 1:17.

Por lo tanto, Jesús, como Rey, preserva, ordena y crea paz en Su Reino. Todos estos Nombres dados a Jesús nos dan una idea certera del Niño y el Hijo que se nos ha regalado.

¿Quién no necesita el maravilloso consejo de Cristo? ¿Quién no necesita al Dios Fuerte que nos puede salvar eternamente? ¿Quién no necesita al Buen Padre que tenemos en Jesús, alguien a quien recurrir siempre sin temor a rechazos y a sabiendas que Su disciplina es siempre oportuna? ¿Quién no necesita al Príncipe de Paz y así recibir el Shalom de Dios con todas sus bendiciones?
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Dios nos dio a Su Hijo y Su Hijo nos quiere dar dos regalos más en esta mañana. Depende de cada uno de nosotros cogerlos o rechazarlos. ¿Qué vas a hacer tú?
El primer regalo es para ti que ya eres cristiano. Vamos a abrirlo…

Palangana y toalla

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Mr. 10:45.

Siervo

Jesús fue el ejemplo de siervo por excelencia. Nadie lo ha superado jamás. Él tomó la palangana y la toalla.  La cuestión para nosotros es… ¿Qué tipo de siervo quiere crear Jesús en nosotros? A veces se escucha: “el siervo tal o cual viene a predicar a la ciudad” “Gracias a Dios por su siervo que nos ha ministrado con la Palabra” y esto no es malo en si, por el contrario es lícito reconocer el estado de servidumbre de los que trabajan entre nosotros. Donde quiero llegar es a la connotación espiritualista que hemos dado al concepto de siervo. ¿Veríamos igual de “espiritual” la palabra esclavo?… ¿y si en vez de llamarnos siervos nos llaman criados?… ¿crea en nosotros la misma sensación “espiritual”? A mí no. Reconozco que me queda por poner en práctica lo que realmente Cristo quiere ver en mí al perseguir que sea siervo. El siervo de Cristo debe tener presente que…

­­­­­­­­­­­­­­­­­         El siervo no tiene derechos 
pero sí un Señor que los tiene sobre él.

El siervo no tiene propiedades 
pero sí un Señor que es dueño de todo.

El siervo no tiene agenda 
pero sí un Señor que tiene planeada su vida.

El siervo es necesario para su Señor porque…
Jesús no tiene manos; sólo tiene las nuestras
para realizar hoy su trabajo.

Jesús no tiene pies, sólo tiene nuestros pies
para guiar a los hombres por su camino.

Jesús no tiene labios; sólo tiene nuestros labios
para hablar de Él a los hombres.

Jesús no tiene ayuda; sólo tiene nuestra ayuda
para reunir a los hombres en torno a Él.

Nosotros somos una Biblia que la gente puede leer.

Nosotros somos el último mensaje de Dios
escrito en obras y palabras. (De un texto del siglo XIV)

¿Cuándo fue la última vez que miraste a los ojos de alguien y te diste cuenta de su necesidad? Seamos prácticos y sirvámonos los unos a los otros como a cada uno el Señor le indique.

Aquí tenemos el regalo del Hijo una palangana y una toalla. Voy a retarte ¿quién quiere recibir este regalo?



El siguiente regalo que nos trae Jesús, es para ti, que todavía no te has decidido a seguirle con las consecuencias de servicio que trae a tu vida. Vamos a abrirlo…

¿Quién eres en el cuadro?


Cristo quiere regalarte esta cruz que simboliza su salvación. Jesús es Siervo y…




Salvador

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Mr. 10:45.

Fijaos que el texto dice “…en rescate por muchos” y no dice “…en rescate por todos”. Te pregunto: ¿Estás entre esos “muchos”? ¿Por qué Jesús mismo limita el número? ¿Es que su salvación es insuficiente? ¿Es que en el Cielo no hay cabida para todos? Sabéis…la salvación es el regalo de Dios para la humanidad. Podemos hacer dos cosas con este regalo: rechazarlo o aceptarlo. Dios quiere que vayas a Él voluntariamente. A Él no le interesan los religiosos que sólo guardan tradiciones sin más pensando que esto les salvará. La salvación, vuelvo a repetir, es regalo de Dios para ti ¿los regalos te cuestan algo? Si te cuestan algo no son regalos. Ser Salvador le costó mucho a Jesús para que a nosotros nos saliera gratis.

Tampoco quiere Dios simpatizantes a los cuales les gusten las actividades de tal o cual iglesia. Podemos simpatizar con ideas, personas, organizaciones, etc. pero esto necesariamente no compromete nuestras vidas. Cristo comprometió su vida en una cruz por todos nosotros pero está esperando tu respuesta a su oferta de salvación. Dios no tiene nietos sino hijos; que tus familiares sean cristianos no te salva; que tu nación se llame cristiana, tampoco. Reconocer tu necesidad de salvación y expresarla en arrepentimiento a  Jesús, sí salva.

Me gustaría que te sintieras reflejado en lo que vas a leer ahora, son los pensamientos que tienen las personas cuando están ante si mismas y no tienen que dar cuentas a nadie…quizá tú has tenido los mismos…

Pensamientos en la soledad

Cuando estoy en la soledad de mi habitación y siento que el ruido de la vida ha cesado, veo mi necesidad. Estoy confuso: ante todos quiero esconder mi vacío pero ante mí no es posible. ¿Cómo puedo acallar mi conciencia? ¿Por qué sé que todo no marcha bien? Muchas veces intento tranquilizarme diciendo: “no te preocupes, si tú eres bueno, sólo te bastas a ti mismo…” ¿Quién necesita un Salvador? ¡Yo no! ¿Yo no? Estoy confuso.
Ahora que estoy sólo puedo hacerme la pregunta: ¿El muerto al hoyo y el vivo al bollo? ¡Deseo en lo profundo que todos mis esfuerzos no se queden aquí! Pero, ¿Cómo? Cuando miro a mi alrededor me cuesta creer que estoy aquí por pura casualidad. ¡Quiero ser eterno! No sé porque a mi mente viene la figura de Dios. Es una locura, pero reconozco en mi soledad que muchas veces no puedo sólo. Necesito que me muestren el camino. ¿Será cierto el mensaje de la Navidad?

Amigo y amiga, Jesús desea regalarte su cruz representando la salvación. A ti te toca responder… ¿sabes? El mensaje de la Navidad es verdad y hay algo dentro de ti que lo confirma, es la voz del Niño que nos ha nacido, el Hijo que nos es dado: Jesucristo.

Te reto ofreciéndote este regalo: la Cruz ¿Quieres apoderarte de ella?
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         Jesús trae sobre sus hombros un Reino, el Reino de Dios. Trabajemos para ese Reino siendo servidores como lo fue nuestro Señor. Huyamos de no entrar en ese Reino por medio de la salvación que Cristo nos ofrece ya que sólo disponemos de hoy…mañana quizá sea tarde.

 Jesús vino a ser Siervo y Salvador.

Feliz Adviento.¡Que Dios bendiga en cada uno Su Venida!

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