sábado, 13 de julio de 2013

Espejismos en el Desierto

Es curioso que desde la antigüedad a la era moderna, pocas sean las voces que se han levantado ante el hecho de que Dios fue el Creador de todo lo que existe. Las personas, en pro del humanismo, se han ido olvidando de Dios. ¿Quién cuenta con un Dios que durante siglos, por culpa de la religión institucionalizada, los ha estado oprimiendo y atemorizando? No trato de ninguna forma justificar al ser humano por apartarse de Dios. Adán y Eva lo hicieron sin tener, en absoluto, ni un solo motivo que les hiciera albergar la más mínima idea en cuanto a separarse de Dios, e igualmente, me repito, lo hicieron. Debido a esa primigenia escapada de Dios, por parte del hombre, es que somos lo que somos y hemos llegado a lo que hemos llegado, hoy en día. El futuro se presenta aun peor dado que la Biblia no da muchas esperanzas de que la humanidad vaya a mejorar en cuanto a su concepto de Dios y Su salvación. Son, estos, tiempos del fin.


Las personas están tan cautivadas por los postulados humanistas que van tras ellos sin detenerse a pensar seriamente lo que hacen. Simplemente se mueven según la corriente de este mundo. ¿Qué los ciega y les hace borrar de sus mentes la historia del pasado? ¿Es que los pensamientos de los antiguos filósofos, científicos y hombres de bien son menos válidos que los famosos de turno del presente? Cierto es que en algunos casos, debido a las tecnologías, hay nuevas oportunidades de conocer y experimentar más rápidamente. Por otra parte, cada día hay menos sentido de la moralidad, cada día más conflictos, cada día más enfermedad, cada día más miseria… Esto es un contraste siniestro y real: cuanto más se separa el hombre de Dios, más calamidades sufre como consecuencia de su pecado.



Los cristianos estamos llamados a poner en alto nuestra fe, nuestras creencias, la Biblia, Dios y Su Hijo Jesucristo. El cristiano no cambia sus creencias, no cambia de chaqueta y no cambia de bando por las modas pasajeras que tratan de desbancar a Dios del Trono que le corresponde. Dios es el Creador y el hombre que se aparta de este hecho, atenta contra su alma. La historia de la humanidad ha parido a muchos chaqueteros, hombres y mujeres, que dejando su preciosa fe, se han ido en pos de espejismos en el desierto. La humanidad tiene desde siempre al menos tres evidencias, que apoyan el testimonio bíblico:

Dios puso la conciencia del bien y del mal en el corazón de todos los hombres

Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. (Romanos 2:14-16)

Dios enfrenta día a día al ser humano con la evidencia y hermosura de Su creación

Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor. (Salmos 19:1-6)

Dios nos ha legado Su Palabra escrita por medio de la Biblia

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. (Salmos 19:7-14)

A Dios gracias, por algunos iluminados, que se han dado cuenta del desvarío evolucionista en nuestros días. Michael Behe, entre ellos. Su explicación de “Complejidad irreductible” está haciendo temblar los cimientos del darwinismo. Darwin mismo propuso que si alguien lograra demostrar algo así, sus teorías se irían al traste. Pero una vez más veo como se corre el telón de la evidencia, extendiéndose el telón de preferir ignorar, a humildemente reconocer la evidencia que nos ha perseguido toda la vida y nos seguirá persiguiendo, hasta que estemos delante de Dios. A Él rendiremos cuentas de las creencias que hemos albergado y defendido en nuestro corto paso por este mundo.



Isaac Newton, creacionista
Filósofos tan recurridos como Platón, Aristóteles, Cicerón, el apóstol Pablo, Minucio Félix, Newton y Paley defendieron el diseño como lo evidente en las leyes naturales. ¡Llevamos más tiempo creyendo en el diseño por Dios, y con más defensores, que en las teorías del naturalismo evolucionista, que no es otra cosa que puro humanismo! Es que lo que antes era bueno ahora es malo, y viceversa. Esta filosofía es típica de los tiempos que corren, donde a lo bueno se llama malo y a lo malo se llama bueno (me vuelvo a repetir).

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! (Isaías 5:20-21)

Richard Dawkins, evolucionista
Los detractores del creacionismo son los que se llevan la fama, aunque lo que realmente han hecho es confundir a las personas, llevándolas a su terreno. No quiero ignorar que haya científicos bienintencionados y que nunca se han puesto a mirar de forma seria lo que la Biblia enseña. Si la luz de la Palabra de Dios llegara a ellos, realmente sí tendrían la facultad de elegir con sabiduría. Si realmente analizaran las afirmaciones bíblicas con su misma ciencia, serían libres para elegir. La libertad es elegir lo verdaderamente bueno y no lo que me convenga en cada momento.



La Biblia es la prueba tangible, histórica y científica, de la existencia de un Diseñador Inteligente: DIOS. Mi fe es muy poco compleja, sin embargo, se necesita tener mucha fe en lo que al fin y al cabo son también creencias en que el hombre se ha creado a sí mismo, sin la intervención de Dios. Fe cristiana enfrentada a fe humanista. Fe en Dios frente a fe en el hombre.



El ser humano tiene algo que le diferencia del resto de los seres vivos: su alma y espíritu. Dios puso Su hálito de vida en el hombre. Mientras que la Creación fue causada por Su sola Palabra, Dios se ensucio las manos en barro para crearnos, grabando Su carácter moral y sentimental en nosotros. Negar esta realidad es rebajarnos a nosotros mismos. Esto sucede cada vez que nos burlamos de alguien, cada vez que aislamos a las personas, cada vez que somos egoístas, cada vez que abortamos, cada vez que asesinamos… ¿Qué explicación da la evolución a esto? Como somos seres del azar, podemos hacer lo que nos venga en gana. Terrible explicación.

Dios ha provisto del plan de salvación: Su Hijo Jesucristo pagó en sustitución nuestra por cada una de las fechorías (pecados) cometidas por ti y por mí. De esta forma, por medio de creer en la obra de la Cruz que Cristo realizó y arrepentirnos de nuestros pecados delante de Dios, obtenemos la salvación eterna. Pasamos de muerte a vida, de enemigos a amigos de Dios, de huérfanos a hijos del Creador.

No te rebajes creyendo en espejismos en el desierto.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

1 comentario:

  1. Anónimo14.7.13

    me parece muy bonito todo lo que dice aquí algo muy bonito y verdadero c: es verdad muchas veces hay que saber distinguir entre lo bueno y lo malo. DIOS lo bendiga

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