sábado, 24 de octubre de 2015

Desobediencia Vs. Obediencia

¿Quién ha comprobado en sus propias carnes los efectos de la desobediencia? La desobediencia causa dolor, frustración y desconfianza en los que son desobedecidos y en los que desobedecen. La desobediencia rompe la camaradería entre los amigos; la confianza entre jefes y empleados; el respeto entre padres e hijos; la comunión entre el hombre y Dios. La desobediencia fue el primero, es decir, el origen de los muchos pecados que hemos cometido desde Adán.

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. (Romanos 5:19)

El pecado no fue comer de “la manzana”. El pecado fue desobedecer la Ley de Dios. Adán y Eva, en representación de la humanidad naciente, decidieron conscientemente desobedecer, arrastrando a las generaciones venideras al lodo cenagoso del pecado. Por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores. El pecado, por lo tanto, es desobedecer a las reglas impuestas por Dios. Estas reglas no las dio de forma arbitraria, para fastidiarnos, como algunos asan decir. Las Leyes divinas son dadas debido al carácter Santo y Bondadoso de Dios mismo.

Al repasar los conocidos Diez Mandamientos de Éxodo 20, vemos una fotografía de Dios. No hay más Dios que Él, por lo tanto solo hay que adorarlo a Él e imitar lo que Él hace. Por ejemplo, Dios no mata, Dios no adultera, Dios no hurta, Dios no miente, Dios no codicia. ¿Has caído en alguno de estos pecados? ¡Seguro que sí! Yo también. Tenemos difícil la entrada al Cielo si creemos que hay que ser bueno para conseguir el ticket. No somos buenos porque todos hemos pecado, y lo seguiremos haciendo.

…así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. ¡A Dios gracias por la segunda parte de este texto! La esperanza se abre camino en Jesucristo. Adán desobedeció a Dios, pero Cristo obedeció al mismo Dios. Jesús fue la personificación del amor de Dios más sublime en toda la historia de la humanidad. Si la Ley de Dios nos muestra la Santidad de Dios, Jesucristo nos muestra la Justicia de Dios por la cual muchos serán proclamados justos (yo entre ellos, ¡Aleluya!).

La justicia de Dios demanda que el delito, desobediencia, sea pagado. Para que el delito sea satisfecho Dios Padre pide a Su Hijo que sea el precio Justo por el delito. Sí, esta es la locura del evangelio, Dios mismo siendo el agraviado paga por rescatar a nosotros, los pecadores, los desobedientes. Jesús obedeció en todos y cada uno de los puntos que Su Padre le demandó. Hoy podemos llamarnos justos si tan solo cambiamos nuestra desobediencia por obediencia a Jesucristo, el que puede hacernos justos por haber pagado con Su vida en una cruz por tus pecados y los míos. Cree en Jesús y arrepiéntete de tus pecados.

Desobedecer tiene muchos efectos secundarios adversos.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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