sábado, 28 de noviembre de 2015

1. Navidad 2015: Juan

Durante toda la historia de la humanidad han existido los mismos problemas generacionales. Es como un tira y afloja entre padres e hijos, y viceversa. A los padres les resulta chocante las modas y tendencias de sus vástagos, y estos ven a sus progenitores poco menos que cavernícolas. El conflicto está servido. Juan el evangelista irrumpe en la antes mencionada historia de la humanidad con una misión: la reconciliación.

Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:16-17)

Reconciliación con Dios

Juan puso en su agenda como primer punto ayudar a sus coetáneos en el camino de reconciliarse con Dios. Sin este primer paso todo esfuerzo terminaría de forma infructuosa. Todos tenemos buenos consejos y pensamientos de cómo deberían cambiar los demás, pero pocos son los que ven la paja en su ojo. Para poder ser de ayuda eficaz a nuestro entorno debemos cambiar profundamente nosotros primero. El gran cambio personal se efectúa cuando nos ponemos a bien con Dios, es decir, nos reconciliamos con Él restaurando la amistad que un día perdimos a causa de nuestros pecados. Juan allanó el camino a Jesús adelantándonos el mensaje que sería predicado: Arrepiéntete, Dios está cercano a ti.

Reconciliación familiar

Sin el anterior paso no se dará el cambio real de una experiencia familiar gratificante y como Dios manda. No intentes poner la carreta delante de los bueyes porque nunca ha dado buen resultado. Solamente Dios puede trasformar los corazones duros en sensibles y tornar la rebeldía en mansedumbre. Solo Dios.

Juan preparó a las personas con el fin de que estuvieran bien dispuestas a escuchar a Emanuel, Dios con nosotros, Jesucristo. Dispón tu corazón y tu mente estas navidades para recibir al Señor. Juan anunció la salvación que Jesús cumplió. A ti te toca, querido lector, creer para reconciliarte con Dios y arrepentirte de tus pecados para sanarte.

Juan anuncia la reconciliación.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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