sábado, 9 de enero de 2016

Amor Práctico

“El movimiento se demuestra andando”. Tal aseveración es una regla universal que define que una verdad se basa en un hecho indiscutible y objetivo. Si quieres demostrar el movimiento, anda. Así de simple, así de claro. Jesús nos retó con una afirmación por el estilo, para que no tuviésemos dudas sobre la causa y su efecto lógico. He aquí la frase de Jesús:

Si me amáis, guardad mis mandamientos. (Juan 14:15)

El amor por Jesucristo se ve. El amor hacia Su persona es algo medible y palpable. El amor a Jesús no deja lugar a dudas. El amor a Jesús se ve porque la persona que lo ama guarda, respeta, atiende, acata, obedece Sus leyes. Por lo tanto, el que no ama a Jesús no vive conforme a Sus mandamientos, o dicho de otra forma, el que no obedece Sus mandamiento, no le ama.

Jesús nos propone en una sencilla frase las más altas aspiraciones: el amor y la ley. El amor hacia Él, que lo dio todo por nosotros, y la ley, que determina si se ha entendido el amor a Jesús, pues hace ver que se quiere agradar a la persona amada por medio de la obediencia. ¿Entiendes, querido lector, por qué amar a Jesús? Porque es el único medio de salvación. ¿Entiendes, querido lector, por qué obedecer Sus mandamientos? Por amor a Jesús que nos amó hasta la última gota de Su preciosa sangre.

La prueba de amor que Jesús nos exige es poco comparada con la prueba de amor que exhibió en la cruz, pagando por nuestras ofensas y pecados. La cruz fue el camino que Jesús eligió para abrirnos las puertas celestiales y tener libre acceso al Padre. Da marcha atrás en tu camino de olvido de Dios porque un día, no muy lejano, darás cuenta ante el Padre y ante Jesús mismo si tu rechazo a amarlo perduró más allá de la muerte. Hoy hay oportunidad para tu salvación y aprovecha la mano tendida del amor de Dios.

Su más alto mandamiento es el amor.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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