sábado, 28 de abril de 2018

Mejor Hablemos de Buda


El Cristianismo siempre ha sufrido del rechazo de los no cristianos de formas impensables. El rechazo va desde simples ridiculizaciones al asesinato. Hace unos días cité la siguiente frase dicha por JESUCRISTO "Ama a tu prójimo como a ti mismo" y los presentes se incomodaron manifestándolo con gestos y argumentos budistas. Algo tan normal como el CRISTIANISMO ya es políticamente incorrecto. ¿Quién es la mano que mece la cuna?

Todo esto te daré si te postras y me adoras. (Mateo 4:9)

La Biblia afirma que los que no son de Cristo, es decir no tienen fe en Él real, siguen siendo hijos de Satanás. Mientras que no estás bajo la influencia de Jesús aún sigues siendo una marioneta en manos del diablo. Adorar a Lucifer es rechazar al Salvador Jesucristo. Así de simple. Satanás te ofrece riquezas y posición para cegarte, impidiéndote ver la realidad de tu necesidad de salvación. ¡Sí!, existe la dualidad bien y mal.

El mal es rechazar a Cristo por la ceguera de creer en patrañas satánicas y dejarse arrastrar por ellas, dando rienda suelta a nuestra soberbia y egoísmo. Se puede decir que muchas veces tú mismo le haces el trabajo al diablo. Él solo contempla lo buen hijo de él que eres. El pecado, que es actuar en contra de lo establecido por Dios, te delata. ¡Ojo! El pecado también va en gradación: desde simples ridiculizaciones al asesinato. ¿Cuántas veces has ridiculizado el nombre de Jesús? ¿Sabes que tú asesinaste a Jesucristo en una cruz? Todo por perseguir las sobras que este mundo ofrece y dar la espalda a Dios.

Una de las cuestiones impresionantes de Jesús en la cruz es que fue un acto voluntario de Su amor por ti. Fue necesario Su sacrificio para que tuvieses la oportunidad de estar bien con Dios arrebatándote de las fauces de Satanás y de ti mismo. La visión de Jesucristo en la cruz con Sus brazos abiertos nos habla de reconciliación, de puertas abiertas, de que hay lugar para todos. Jesús tiene Sus brazos abiertos para que te reconcilies con Dios y puedas entrar en el cielo donde hay lugar para ti. Pide a Dios que te quite las escamas que te ciegan y cree en Jesús, arrepiéntete de tus pecados y comienza a caminar como el hijo de Dios que debes ser. Te convertirás para muchos en políticamente incorrecto pero recuerda que este mundo verá su fin cuando Jesucristo regrese.

Cambia de paternidad.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 21 de abril de 2018

Miedo Escénico


Mañana, Dios mediante, asisto a un cursillo para músicos sobre el miedo escénico. El miedo escénico es ese temor que todo músico siente o ha sentido ante la expectativa de un concierto y que se agrava minutos antes de salir a escena. Sé que es el mismo sentimiento que padecemos artistas y no artistas ante una situación en la cual estamos expuestos a las posibles críticas, y que nuestras mentes amplifican hasta niveles insospechados. La verdad, son situaciones odiosas. Bueno, a ver si mañana me dan en la tecla y puedo compartir la música sin ese miedo escénico.

Todo esto del miedo escénico me transporta al “gran miedo escénico”. Sí, es ese miedo que todos hemos sentido o sentimos frente a la muerte. Al igual que muchos artistas siente espanto por tener que actuar ante un público, muchos viven aterrados por ese momento de no retorno que es la muerte. Cuando pequeño cerraba los ojos en mi cama con la luz apagada y mi cabeza cubierta por la sábana y la manta imaginando que la muerte era densa oscuridad. “Así es la muerte: oscuridad”­, me decía. Hoy sé que tras la fea muerte me espera Jesús. Él es la Luz y no hay oscuridad para mí.

De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. (Juan 12:24)

La muerte es parte de la vida y por mucho miedo escénico que le tengamos a esos momentos fatales, hemos de sufrirlos. La antesala de la muerte es la última oportunidad que Dios da al hombre para que entre en Su escenario. Si en esa antesala no aprovechas esa postrera ocasión de reconocer quién es Dios y la salvación que ha provisto para ti en Jesucristo, entrarás a la eternidad solo y sin fruto. Por otro lado, como el ladrón que suplicó la salvación a Jesús en la cruz, te arrepientes de tus pecados y crees en Su salvación, gran fruto habrás dado.

¿Soportas el gran miedo escénico?

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 14 de abril de 2018

César y Dios

Decir que Jesús es impresionante es quedarse cortos. Hay muchos personajes de la historia que han dejado su impronta en la misma debido a frases geniales. Pero ninguno como Jesús. De hecho, nuestra sociedad postmodernista, laicista y ateísta no puede zafarse de las sabias frases del Maestro por mucho que se esfuerce. La personalidad atrayente de Jesucristo ha dejado una huella en la cultura humana que no se puede borrar.

Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Lucas 20:25)

¿Quién no conoce el imperativo que dictó Cristo al contestar a sus malintencionados interlocutores? ¡Cuántos ponen a prueba a Dios mismo de forma impertinente día tras día! ¡Cuántos le retan creyendo que pillarán “in fragranti” al propio Dios! Jesús les dijo: ¡Dad! Tan solo dad. Dad a cada uno lo suyo. ¡Cumplid la ley humana! ¡Cumplid la ley divina! Todo esto es compatible. Hay algo que le debes al mundo en que Dios te ha puesto y hay algo que le debes al Dios que te ha puesto en el mundo.

¡Cumple! Cumple con César y cumple con Dios. Da honra a tus relaciones horizontales, es decir, a tus iguales, y da honra a tu relación vertical con Dios. Cumplir con César es fácil porque César quiere tus bienes materiales, por lo tanto, no es muy difícil contentarlo. Llena sus arcas y seréis felices. Con Dios el asunto es más complicado pues no puedes contentarlo con dinero, posesiones, influencia, etc. A Dios no puedes granjeártelo con nada.

Dios se hizo hombre en Jesús para ser la moneda de cambio que pagase a Dios por tus pecados. La moneda es el tributo que satisface nuestras deudas en un país y Jesucristo es el tributo que satisface nuestras deudas a Dios. Lo primero es temporal porque año tras año se han de pagar impuestos (César no perdona). Lo segundo es eterno porque la deuda del pecado ha sido cancelada una vez y para siempre (¡Dios sí perdona!). Querido lector, tan solo cree en la obra de Jesucristo en la cruz para anular la deuda que no podías pagar. Arrepiéntete de tus pecados porque Dios te espera con los brazos bien abiertos gracias a Jesucristo, Su Hijo.

A cada uno lo suyo.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 7 de abril de 2018

Ir Sin Desviarse


¡Cuántos rodeos damos a veces para encontrar la verdadera solución! Pareciera como si fuese fácil distraernos. Esta sociedad nos ofrece placebos de todo tipo que son, eso mismo, placebos que no sirven absolutamente para nada de nada. Puede que la sugestión, nuestra propia fe en algo o alguien o las simples ganas de asirnos a un clavo ardiendo den por el momento resultados positivos en nuestro estado anímico. Pero solamente son momentos que más tarde o más temprano nos devuelven, a veces con creces, al estado depresivo, mal humorado o solitario del principio. ¡Todo por dar rodeos!

Hoy he leído este texto publicitario: “Si te duele el estómago, vas al médico. Si te duelen las muelas, vas al dentista. Si te duele la espalda, vas al fisioterapeuta. ¿A quién vas cuando lo que te duele son tus pensamientos, tus emociones el alma o el corazón? IR AL PSICÓLOGO NO ES ESTAR LOCO, IR AL PSICÓLOGO ES CUIDAR DE TU SALUD.”

Cierto que muchas veces necesitamos ayuda de los profesionales de la psicología. No seré yo el que diga lo contrario. Lo que si estoy asegurando es que ir al psicólogo puede resultar un placebo, o cuando menos, una distracción para encontrar la ayuda necesaria y quién nos la puede proporcionar. Todo lo que no cumpla la condición de ayuda idónea y definitiva es el opio del pueblo. Puede ser la religión pero también  la política, la droga, el prestigio, etc.… cosas que al bueno de Marx se le pasaron por alto como opio. De hecho, al psicólogo se le caricaturiza como un extravagante de ojos saltones y aquejado por los mismos males que sus pacientes (cosas del cine… o no…). Dejar la vida emocional en manos de un igual podría ser un poco absurdo, ¿no te parece?

Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14:12)

Salomón, que no siempre fue tan sabio, se descarrió sufriendo las consecuencias de sus desatinos. Al final reconoció que aunque ciertas cuestiones le parecían buenas, no lo eran. En ese camino nos encontramos tú y yo, querido lector. Tomamos decisiones equivocadas continuamente hasta que comprobamos que nos han conducido al mismo lugar, o a otro peor. Yo dejé de dar rodeos y fui a Jesucristo. Él no falla porque Su camino es recto y Su senda vida. La rectitud y la vida no son consustanciales a la naturaleza humana por eso buscamos y buscamos quien nos alivie la carga. El Camino derecho y la Senda de vida es la naturaleza de Cristo, por esa razón Él tiene la facultad de sanarnos los dolores del pensamiento, las emociones del alma o del corazón. Cree en Jesús que te amó de tal manera que dio Su vida en una cruz para rescatarte y, sin rodeos, llevarte ante el Padre. Comienza una nueva etapa de tu vida yendo a Jesucristo, que no es una locura, sino cuidar de tu vida eterna. La publicidad trata de sacarte los cuartos, Jesucristo lo dio todo por ti.

No tomes más rodeos, ataja.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!